Midas y el Toque Dorado

Rey Midas de Frigia es mejor conocido por su habilidad para convertir todo lo que toca en oro. Por desgracia, este regalo se convirtió en una maldición muy rápidamente para él.

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El Rey Midas era un rey rico que amaba el oro y creía que la riqueza sólo debía estar en manos de los reyes. Hay dos versiones de su mito. La primera versión es que un día, sus hombres encontraron Silenus, el mentor de Dionisio, vagando por el bosque después de una noche de beber. Para agradecer a Midas por devolver Silenus, Dionisio le ofreció cualquier regalo que quisiera. Midas pidió poder convertir todo lo que tocó en oro. Pronto se dio cuenta de que era un problema, porque no podía comer ni beber nada sin que primero se convirtiera en oro. Finalmente, tocó a su hija y se convirtió en una estatua de oro. Fue a Dioniso en desesperación, quien le dijo que lavara todo el oro de su cuerpo en el río, y todo volvería a la normalidad. En su camino de regreso, se encontró con Apolo y Pan con un concurso de cañería y arpa en el bosque. Él tomó partido con Pan como el ganador del concurso, por lo que Apolo observó enfurecido que Midas debe necesitar mejores orejas. De repente, las orejas gigantes de los burros empezaron a crecer desde la cabeza de Midas. Estaba atascado con estas orejas por el resto de su vida.

En otra versión del mito, Midas tenía celos de que Apolo pudiera difundir luz dorada donde quiera que fuera. Maldijo a Apolo todos los días, hasta que finalmente Apolo descendió y le dio a Midas el regalo de convertir todo lo que tocaba en oro. Midas primero tocó a su hija y se convirtió en una estatua de oro, pero no le molestó su regalo hasta que descubrió que toda su comida y bebida se convirtió en oro. Finalmente se dio cuenta de que había ofendido a los dioses con su actitud y Apolo eliminó la maldición, pero le dio unas orejas de burro para humillar a Midas. El barbero de Midas conocía las orejas y difundió los rumores por todo el reino. Cuando Midas lo descubrió, estaba a punto de ejecutar al hombre cuando se dio cuenta de que Apolo había sido misericordioso con él; a su vez, decidió ahorrar la vida del peluquero. En ese momento, Apolo regresó y quitó las orejas, diciendo que Midas había aprendido las importantes lecciones de humildad y misericordia.

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• Rey Midas y el toque de oro

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