Querido Patronio, se me ha presentado una situación difícil y no sé que hacer.
Casa de Patronio.
Para poderle ayudar, debo contarle una gran historia. Atento, érase…
Verá, querido amigo, deseo quedarme en una villa que me traerá grandes beneficios, pero esto también conlleva que mi vida se encuentre en peligro.
Cuento.
Lo que sucedió a un hombre que iba cargado con piedras preciosas y se ahogó en el río.
Érase una vez un hombre que tenía una gran y pesada cantidad de piedras preciosas. Este hombre no podía soportar el peso, pero tampoco se quería librar de ninguna piedra. El hombre siguió su camino, hasta llegar a un río, bien caprichoso paso el río cargando con las piedras y las muy traicioneras hicieron que este se hundiera. Un hombre lo vio desde la orilla, y le aconsejó que soltara la carga para poder llegar a él. Pero el muy avaricioso no consiguió comprender que si no se desprendía de las piedras perdería estas además de su propia vida. Al final este acabó muriendo, a la misma vez que perdió su preciada carga.
Cuento.
¡¡¡¡AYUDA!!!!
Debe soltar la bolsa!!!
Casa de Patronio.
En conclusión, aunque los beneficios os puedan venir muy bien, por ello no debe poner su vida en riesgo.
Gracias por tu gran consejo. Me ha servido de mucha ayuda.
Fuera de la historia: Don Juan Manuel.
Mmm… Qué buen cuento! Creo que debería añadirlo a mi libro y además añadir dos versos más:A quien por codicia su vida aventura,sabed que sus bienes muy poco le duran.
Creo que para ayudarte, debe hacerte conocer una gran historia. Verá…
Verá querido amigo deseó mucho quedarme en una villa, que me proporcionará grandes beneficios, pero esto también conlleva que mi vida se encuentre en peligro.