Una chica sentada en el metroleyendo un libro, y se para a vecespara retener imágenes.
Que escena más curiosa.
El libro está forrado, será porque quiere mantener su privacidad, o porque es prestado y ella va con el arreglo marchito, va como si hubiera salido hace 10 horas de casa.
Parece que va embelesada abducida por lo que se cuenta en el libro. Sacaría mi libro pero me siento más intrigada por lo que ella lee.
Parece que algo le hace gracia, no puede casi reprimirse.Que buen rato parece estar pasando.
Parece que su rostro se ha vuelto serio, pensativo, parece que debe haber profundidad y margen para la reflexión en esas divinas páginas.
Todos nos hemos topado alguna vez con alguna obra de las que se levanta la mirada para saborearlas más, y que al terminarlas cobran más vida todavía, es como si en el fondo le hubieran estado chupando la sangre al lector, mientras el lector se la chupaba a ellas. Y por eso la lectura es el único caso de vampirización del que todos salimos fortalecidos.