No tengo cara para ello, porquesiempre me estoy riendo; siempre soy muy ocioso. Sébizco que yo no lo seré. ¿Qué ruido viene sonando desdelejos?
¡Ay!, me voy a cansar.
¡Tal vez me buscan! ¡Adelante! PIQUI
¡Ah, Ollanta! ¡Así eres correspondido!Tú que has sido el vencedor de tantas naciones; tú quetanto has servido. ¡Ay, Cusi Ccoyllur! ¡Esposa mía! ¡Ahorate he perdido para siempre! ¡Ya no existes para mí! ¡Ay,princesa! ¡Ay, paloma!... ¡Ah, Cusco!, ¡hermoso pueblo!Desde hoy en adelante he de ser tu implacable enemigo:romperé tu pecho sin piedad; rasgaré en mil pedazos tucorazón; les daré de comer a los cóndores a ese inca, aese tirano. Alistaré mis antis a millares, les repartiré misarmas y me verás estallar como la tempestad sobre la cimade Sacsayhuamán
¡El fuego se levantará allí y dormirásen la sangre! Tú, inca, estarás a mis pies, y verás entoncessi tengo pocos yuncas y si alcanzo tu cuello. ¿Todavíame dirás: «no te doy a mi hija»? ¿Serás tan arrojado parahablarme? ¡Ya no he de ser tan insensato para pedírtelapostrado a tus pies! Yo debo ser entonces el inca, ya losabes todo