Basada en el cuento: La niña de la mirada perdida de José Rafael Ñuñez Corona.
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Tenemos que llegar antes que todos, sólo espero y esta niña no me delate.
Ojalá ya termine el día, tengo hambre
Ay pobre niña, ojalá les sirva mi ayuda.
Una moneda para esta pobre niña ciega
Deja de llorar y apúrate a recoger
Mañana volverás a fingir que estás ciega.
Una noche de frías brisas no le había ido muy bien a la señora que recolectaba el dinero , se le acercó un hombre de una forma extraña, pero ella no se dio cuenta de eso.
Que coseche en mi conuco, versos de mi Quisqueya .Y que siembre para siempre, amor de primavera, Que en mi canoa de caoba, visite a Guanahani,
Busco en mi trópico, un amor caribeTan caribe como la sangre, de mi raza aborigen,Que tenga piel canela, resistente al fuerte sol,Y que como en jícara, casabi de mi corazón.
Y con una flor cacatica en las manos, salude la bella Haití. Que se acuerde de Caonabo, junto a su hermosa Anacaona,Y se arrope con el pasado, de Enriquillo allá en la loma, Que baile mis areitos, tocando sus maracas, Y dando sus pasitos, observe a la hermosa Habana.
Que conozca los caciques, las tribus y los bohíos, Porque de lo contrario, no sabrá de lo que digo: Recuerdos que están volando, como espíritutaino, Y que nunca volverán, a formar sus grandes tribus, Tribus que desaparecieron, junto a su honor,
Y sólo han quedado tristeza, sangre y dolor, Dolor que nadie ha sentido, porque su raza se ha extinguido, Y el hombre blanco no sabe, porque aún se escucha el gemido.