Cuando pagué por mis galletas, no sabía dónde estaba la sala de espera.
Me enfadaba porque me perdí, así que le pedí ayuda a otro perro, que es muy lindo. Yo dije: "disculpe, ¿sabe dónde está la sala de espera?" Me miró y dijo: "La sala de espera está allí".
Me gustó mucho, así que le pregunté si podía caminar conmigo.
Cuando llegamos allí, ¡la pantalla de salida decía que había una retraso de dos horas!
RETRASO
Nos deseperabamos, pero decidimos sentarnos y hablar hasta que tuvimos que abordar el avión. Nos dimos cuenta de que íbamos a Cancún!
RETRASO
Cuando dos horas pasaron, nos levantamos y abordamos el avión.