Jorge, Esteban y Fernando eran los típicos bravucones de la secundaria que molestaban especialmente a un niño llamado Antonio, tanto emocionalmente como físicamente
Pareces pavo de navidad
Para Toñito, el bullying nunca acabó, a pesar de que gracias al COVID-19 las clases no continuaron siendo presenciales. Pasaron los días y Toñito logró tener un momento de paz pensando que gracias a esta nueva modalidad lo iba a dejar en paz al fin sus tres crueles agresores, pero con lo que no contaba Toñito era que sus agresores buscaban una nueva forma de molestarlo, vía redes sociales.
Se escucha bastante bien
Oye es buena idea, le podemos mandar mensajes ofensivos y amenazas a otros compañeros de la secundaria para meter en problemas a Toño
¿Qué les parece si creamos una cuenta con el nombre de Toñito y nos hacemos pasar por él para crearle problemas?
Yo nunca diría esto, nunca insultaría a las personas
Los niños llevaron a cabo su plan, obteniendo el resultado que esperaban
Toño eres una mala persona
Ya no te volveré a hablar
NOOOO ¿QUE HICIERON? Ya me metieron en muchos problemas el grupito de Fernando y sus secuaces.
Para ese entonces pasaron dos días y Toñito se dio cuenta en el problema en el que lo habían metido y ya se imaginaba quienes habían sido.
Toñito se puso a llorar desconsoladamente, ya que no sabía que iba a hacer para arreglarlo. Ese mismo día, Toñito decidió buscar una solución por sus propias manos, investigó en Internet las normas de privacidad de la red social (Facebook) y descubrió que una de las normas establecía que estaba prohibido el robo de identidad, por lo que decidió reportar la cuenta y con esto se soluciono el problema y los bulleadores dejaron de molestar a Toñito.
Pasaron los meses y en la clase de ética Toñito escuchó algo muy interesante en su clase.
Los mandamientos del Instituto de ética e informática son: No usar el ordenador para robar, NO USAR EL ORDENADOR PARA HACER DAÑO A OTRAS PERSONAS.