Entrando a la sala, el joven vio a una morena sentada en un sofá y ella lo cautivó inmediatamente así que le propuso bailar con él.
Ya tengo un compromiso, caballero.
¿Quisieras bailar conmigo?
Después del rechazo, el joven creyó oportuno dirigirse a otra señorita.
¿Quisieras bailar conmigo?
Estoy cansada
Luego creí oportuno dirigirme a otra señorita, la cual me dijo lo mismo que la anterior. Hice lo mismo con otra chica y me rechazó con una mirada fulminante,. Después de todos mis intentos, nada cambió, y lo mejor es que las que decían estar cansadas al final salían con el primero que se las presentaba!
Luego de muchos intentos fallidos, el joven Idiáquez le rogó a otro joven que andaba por ahí que le explicara lo que le estaba sucediendo.
¿Me podría explicar el caso?
Tiene usted una corbata imposible, ¡Lo mejor que usted puede hacer es largarse, joven!
Salí avergonzado, sin despedirme. ¿De quién me iba a despedir? Tal como había entrado. nunca he comprendido por qué me invitaron a aquella casa, quizá por equivocación.
La sangre me hervía, quería pisotear a alguien. Desde aquel día se presentó a mi mente un mundo elegante y seductor, comprendí que en la vida había algo mejor que un empleo de 50 soles. Me harté de todo lo que tenía hasta este entonces. Tengo que salir de mi realidad a todo trance sin reparar medios.