Los hermanos de la historia vivían del robo de tumbas, pues aparentemente la pobreza los llevó a ello. La hermana era asustadiza, hasta el punto de aterrarse con el sonido de una jarrita.
Un día, un hombre muy rico falleció, y decidieron acudir a la tumba para despojarla.
Sin embargo, la única manera de obtener las riquezas y ropajes del difunto era separándole la cabeza de su cuerpo