Ved aquí a Doña Jimena : con sus hijas va llegando. A las niñas sendas damas las traían en los brazos . Antes el Cid Doña Jimena con dolor se ha arrodillado. Con lagrimas en sus ojos quiso besarle las manos.
Os pido merced, Mio Cid, que nacisteis bienhadado . Por malos calumniadores de la tierra sois echado
Escuchad, Doña Jimena, mujer honesta y cumplida; igual que quiero a mi alma, otro tanto a vos quería. Ya veis que es algo forzoso: nos separamos en vida. Yo debo marcharme ya, vos quedaréis acogida.
Comprendo aquí que es forzosa y fatal vuestra partida, que nosotros en vos nos separaremos en vida.¡ Dadnos consejo , Mio Cid , por el amor de María
Os pido merced ,Mio Cid, que tenéis barba cumplida . Dejáis aquí a vuestra mujer e hijas. Son muy pequeñas aun ,de edad apenas chiquillas. Con ellas están mis damas , de las que soy yo servido
Extendió entonces las manos el de la barba magnífica, y a sus dos hijas tan niñas en los brazos las cogía; las acercó al corazón porque mucho las quería. Con lágrimas en los ojos muy fuertemente suspira.
¡Quiera Dios Nuestro Señor, quiéralo Santa María, que pueda yo con mis manos casar a estas mis dos hijas, que me dé buena fortuna y me conserve la vida, y que vos, mujer honrada, de mí podáis ser servida!