Don Bartolo. Fácilmente le reconocerán ustedes. Él es un hombre de corta estatura, morenillo, de mediana edad, ojos azules, nariz larga, vestido de paño burdo con un sombrerillo redondo
No se despintará, no
Y ¿ese hombre hace unas curas tan difíciles?
¿Curas dice usted? Milagros se los llamaría. Hace dos meses que murió en Lozoya una pobre mujer; ya iban a enterrarla y quiso Dios que este hombre estuviese por casualidad en una calle por donde pasaba el entierro...
...Se acercó, examinó a la difunta, sacó una redomita del bolsillo, la echó en la boca una gota de yo no sé que y la muerta se levantó tan alegre cantando el frondoso
¿Es posible?
Como que sí. Mire usted, aún no hace tres semanas que un chico de aproximadamente doce años se cayó de la torre de Miraflores, se le troncharon las piernas, y la cabeza se le quedó hecha un papel. Sacó cierto ungüento que llevaba en un pucherete, y con una pluma le fue untando al pobre muchacho, hasta que al cabo de un rato se puso de pie y se fue corriendo a jugar a la rayuela con los otros chicos como si nada hubiera pasado
Pues ese hombre es el digno que necesitamos nosotros. Vamos a buscarle
Pero, sobre todo, acuérdense ustedes de la advertencia de los garrotazos
Si señora, ya estamos en eso
Allí, debajo de aquel árbol, hallarán ustedes cuantas ramas necesiten