Cuando el caballero prometió que su ambición vendría del corazón, la armadura de sus brazos y piernas se había caído.
Al día siguiente, el caballero llegó al puente levadizo del castillo de la Voluntad y la Osadía.
El caballero estaba asustado, sin embargo, recordó que Merlín una vez dijo que el autoconocimiento podía matar al Dragón de Miedo y Duda
Soy el Dragón de Miedo y Duda
El autoconocimiento había matado al Dragón de Miedo y Duda, y el caballero pensó que nada podía detenerlo ahora.
Volveré una y otra vez para pararme en tu camino
«Aunque este Universo poseo, nada poseo, pues no puedo conocer lo desconocido si me aferro a lo conocido».
El caballero liberó su culpa, juicios y excusas, aceptando toda la responsabilidad por su vida. Y ahora no tenía miedo.
Lloró lágrimas de alegría que derritieron lo último de su armadura. Sonrió a través de las lágrimas, sin darse cuenta de que una luz radiante brillaba en él.