En un lugar en La Mancha, vivía un hidalgo que tenía unos cincuenta años y tenía un apodo de Quijada o Quesada.
Un ama que pasaba de los cuarenta.
Una sobrina que no llegaba a los veinte.
¡Me encanta leer libros de caballería!
De mucha lectura y poco sueño, su cerebro se secó y perdió la cabeza.
¡Todas las batallas, los desafíos, los amores y los inventos son verdad!
¡Debo convertirme en un caballero andante, y salir por todo el mundo para buscar aventuras!
¡Debo convertirme en un caballero andante, y salir por todo el mundo para buscar aventuras!
I will call my horse Rocinante, myself Don Quixote de La Mancha, and my lady, Princess Toboso.
Caminó todo el día, y al caer la noche, él y su caballo estaban muertos de hambre y cansancio. Vio una venta y pensó que era un castillo. Dos criadas parecían dos hermosas doncellas. El posadero parecía el alcaide del castillo.
Esta noche, en la capilla de tu castillo, vigilaré las armas y mañana me harás caballero.
¡Te vas de inmediato!
Necesito un buen escudero
Detente, que nadie pase de aquí, a menos que declares que no hay una doncella en el mundo más hermosa que la Emperatriz de La Mancha, Dulcinea del Toboso.
¡Tomarás la gran blasfemia contra mi señora!
Caballero, no conocemos a esa dama. Muéstranos un retrato de ella, que a pesar de que es tuerto, para complacerte, te diré a tu favor lo que quieras.