Los templarios eran caballeros y religiosos, que fueron mandados a defender las tierras de Soria de los árabes. Se desarrolló un gran odio entre ambos bandos, ya que los templarios, tenían un gran coto de caza. Un día, los árabes decidieron ir a cazar, pese a las advertencias de los templarios.
Sin embargo, las fieras no tenían preferencia alguna, y devoraron a todos por igual
El monte, maldita ocasión de tantas desgracias, se declaró abandonado, y la capilla de los religiosos, situada en el mismo monte, y en cuyo atrio se enterraron juntos amigos y enemigos, comenzó a arruinarse.