La imagen de rayos X implica la ciencia del uso de la radiación electromagnética para penetrar a través y capturar visualmente el interior de un objeto.
La historia de la moderna máquina de rayos X comienza en Alemania en 1895 por el físico Wilhelm Roentgen. Roentgen observó que al experimentar con un tubo de rayos catódicos, los rayos electromagnéticos desconocidos podrían pasar directamente a través de objetos en su laboratorio. Etiquetó estos rayos misteriosos "Rayos X" y siguió estudiando sus propiedades únicas. Roentgen pronto se dio cuenta de que estos rayos podían pasar a través de la carne humana, pero no el metal o los huesos que pueden estar rodeándolos. En su laboratorio, Roentgen fue capaz de crear una imagen de la mano de su esposa y así nació la "radiografía".
Dado que el tubo de rayos catódicos con el que Roentgen estaba experimentando era bastante común, los científicos de todo el mundo rápidamente comenzaron a descubrir los efectos sorprendentes y posiblemente dañinos de estos rayos electromagnéticos.
Los científicos se sintieron fascinados con los descubrimientos de Roentgen y dentro de los seis meses de su descubrimiento, los médicos del campo de batalla tenían máquinas de rayos X en las trincheras para diagnosticar a los soldados heridos. En 1912, el mundo de la odontología se beneficiaría de esta radiografía para diagnosticar las dolencias de sus pacientes y en 1922 los ingenieros idearon máquinas de rayos X de mayor potencia que podrían investigar objetos metálicos.
La imagen de rayos X ha transformado el campo de la medicina y la ingeniería gracias al brillante descubrimiento de Roentgen. Los pacientes ahora pueden conocer sus dolencias casi instantáneamente, ahorrando tiempo y vidas en última instancia. La imagen de rayos X también se ha convertido en un aspecto integral de las redes de seguridad globales con la capacidad de hacer objetos visibles que antes eran invisibles.
Una radiografía es un tipo de energía invisible, o radiación electromagnética, que puede atravesar la mayoría de los objetos, incluido el cuerpo. Las radiografías se usan comúnmente en medicina para crear imágenes de huesos y órganos internos.
Las radiografías funcionan enviando una cantidad controlada de radiación a través del cuerpo. Los materiales densos como los huesos absorben más radiografías y aparecen blancos en la imagen, mientras que los tejidos más blandos dejan pasar más radiografías y aparecen más oscuros. Esto ayuda a los médicos a ver dentro del cuerpo sin cirugía.
En las aulas, las radiografías se usan a menudo para enseñar a los estudiantes sobre ciencia, anatomía y cómo la tecnología ayuda a los médicos a diagnosticar problemas de salud. También se pueden usar en experimentos para aprender sobre energía, ondas y cómo la luz interactúa con la materia.
Las radiografías son generalmente seguras cuando se usan con cuidado y solo cuando es necesario. Los médicos usan la dosis más baja posible para minimizar riesgos. Sin embargo, se debe evitar la exposición repetida a menos que sea necesario, especialmente para los jóvenes.
Las radiografías usan radiación para crear imágenes de tejidos duros como los huesos, mientras que las resonancias magnéticas (RM) usan campos magnéticos y ondas de radio para mostrar tejidos blandos como el cerebro y los músculos. Cada método tiene sus propias ventajas dependiendo de lo que se necesite examinar.