A través de un fuerte liderazgo y tecnología, Truman y los Estados Unidos terminaron la Segunda Guerra Mundial. La guerra había terminado y la inminente paz traía consigo la esperanza. Pero en lugar de la paz, Estados Unidos había comenzado a prepararse para lo que sería una lucha entre las dos superpotencias restantes del mundo: ellos mismos y la Unión Soviética.
Mientras que un país celebró y promovió ideas de democracia, capitalismo y libertades individuales, el otro buscó expandir y difundir ideas de socialismo, igualdad verdadera y la etapa final del socialismo mismo, el comunismo. Tanto los Estados Unidos como la Unión Soviética se contradecían entre sí en casi todas las cualidades de buena reputación que definían ambas instituciones socioeconómicas. Más aún, ambas naciones habían decidido preservar y difundir su institución en el mundo posterior a la Segunda Guerra Mundial ... a cualquier costo.
Ingrese Harry S. Truman, cuya política exterior y acciones llegarían a definir el mundo inmediato posterior a la Segunda Guerra Mundial, así como la política y postura de Estados Unidos contra el comunismo. Truman navegó por los turbulentos mares que definieron la primera Guerra Fría y puso en marcha lo que se convertiría en una relación que altera la historia hasta, y después, el colapso final de la Unión Soviética en 1991.