Ammut es una criatura que es parte de cocodrilo, león o leopardo, e hipopótamo. Ella es conocida como el Devorador de los Muertos porque devora las almas y los corazones de aquellos que se encuentran indignos en las escalas de justicia de Ma'at.
Ammut era una criatura, a veces llamada una diosa, que estaba a la derecha de Osiris frente a las escalas de justicia de Ma'at. Anubis, el dios de la muerte, escoltaría a las almas a las escalas para su juicio. Ma'at colocaría el corazón del difunto en una balanza y lo balancearía con una pluma de avestruz. Si el corazón era demasiado pesado, estaba demasiado lleno de impurezas para pasar a Duat, el submundo egipcio. Ammut comería el corazón, y el alma del difunto estaba condenada a vagar sin descanso por toda la eternidad, sin encontrar nunca paz ni descanso.
Ammut era una criatura espantosa, con la cabeza de un cocodrilo, los cuartos delanteros de un león o un leopardo, y los cuartos traseros de un hipopótamo. A veces se la llamaba Protector de Osiris, dios del inframundo, porque era tan aterradora y rara vez nunca estaba a su lado.
Desconocido
Inframundo
Las Escalas de Justicia de Ma'at
Ammut es una criatura de la mitología egipcia antigua conocida como la "Devoradora de los Muertos." Ella desempeñaba un papel en la vida después de la muerte, consumiendo los corazones de aquellos considerados indignos durante la ceremonia de la balanza.
Ammut suele representarse como un animal híbrido con la cabeza de un cocodrilo, el cuerpo de un león y las posteriores de una hipopótamo, combinando rasgos de las criaturas más temibles de Egipto.
Amut servía como guardiana en la Sala de Ma’at, donde comía los corazones de las personas que fallaban la prueba de la verdad, impidiéndoles entrar en la vida después de la muerte. Esto la convirtió en un símbolo de justicia divina y castigo.
Ammut era temida porque representaba el destino final de las almas consideradas indignas. Ser devorado por Ammut significaba una aniquilación total, sin esperanza de una vida eterna después.
Ammut es única porque no es adorada como otros dioses, sino que sirve como una ejecutora sobrenatural del orden moral, castigando a los malhechores en lugar de otorgar bendiciones.