El título suena como si fuera sobre un hombre enamorado de una mujer llamada Annabel Lee.
El comienzo del poema es compasivo, pero luego se vuelve enojado y amargo. Eventualmente, regresa el devoto tono del narrador.
El cambio en el poema llega cuando el narrador comienza a culpar a los ángeles por ser tan envidiosos de su amor y de Annabel Lee que la llevaron lejos de él.