Después de muchas visiones de su propia muerte, Enkidu muere. Gilgamesh está tan abrumado por el dolor que decide emprender una búsqueda de la inmortalidad.
El éxito de Gilgamesh es interrumpido por la serpiente que le roba la flor de la inmortalidad. Ahora debe aprender a enfrentar su propia mortalidad.