1849, es un año muy duro narra Don Bosco, para él comienza con la noticia de la muerte de su hermano Antonio.
A inicios de febrero, Carlos Alberto inauguró la Cámara salida delas elecciones. La fuerte mayoría de izquierda está a favor de la guerra. Los diarios ridiculizan al Papa y a Don Bosco en caricaturas malvadas. Por las calles se oía:
¡Viva la Guerra!
¡Abajo los curas!
¡Viva la República!
Cuando don Bosco tenía que salir de casa, se hacía acompañar de Brosio debido a que siempre una turba le esperaba para insultarle, pero Don Bosco nunca les hizo nada incluso les compró fruta.
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El 12 de marzo se rompe el armisticio. Ocho días después se enfrentan en la batalla de Novara. Lamentablemente, Austria ha ganado y Carlos Alberto abdica en favor de su hijo Víctor Manuel. Tras la derrota la situación en Turín se vuelve difícil.
El 24 de junio es el día onomástico de Don Bosco. Carlos Gastini y Félix Reviglio, a pesar de lo difícil de los tiempos que corren/ deciden hacer un regalito a don Bosco. La víspera de la fiesta, cuando todos se han ido a acostar, van ellos a llamar a la puerta de don Bosco y se lo ofrecen, encendidas de rubor sus mejillas.
El 18 de noviembre/ llega para convivir con Don Bosco, su compañero en el seminario de Chieri, Don Giacomelli. Dos años permaneció en su compañía. Gracias a su ayuda y la del clérigo Ascanio Savio, don Bosco pudo aumentar el número de muchachos internos que así alcanzan a treinta.