Temas del Crucible
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El crisol de Arthur Miller
Planes de Lecciones por Rebecca Ray
El Crucible es un juego con muchas referencias alegóricas. Escrito durante los años 50 pero fijado en los 1600s, Arturo Miller utilizó los juicios de la bruja de Salem en Massachusetts para representar la búsqueda figurativa de la bruja para los comunistas en los Estados Unidos, conocido comúnmente como el "susto rojo". Usando los manuscritos de la corte y los documentos primarios, Miller trae a la vida a la gente de Salem, y las atrocidades ocurrieron allí, en esta jugada desgarradora.
Texto del Guión Gráfico
- MIEDO Y PARANOIA
- EJEMPLO 1
- EJEMPLO 2
- BRUJAS, PREJUICIOS
- La aparición del reverendo Hale en Salem no fue un precursor de la histeria, el miedo y la paranoia. Sin embargo, el escrutinio que colocó a todos en el aumento de los sentimientos de miedo de la comunidad.
- La verdadera causa del miedo y la paranoia viene de Abigail y las otras chicas jóvenes. Para evitar el castigo por bailar en el bosque, beber sangre y participar en la magia, comienzan a acusar a todos los demás. Al ser los acusadores, nadie los está mirando.
- Una víctima acusada de brujería es Giles Corey. Al igual que Proctor, intenta explicar a la corte que muchas de las acusaciones están motivadas por la codicia de un vecino. Inevitablemente, él es acusado de brujería y muere por tener grandes piedras colocadas encima de él. Contém uma
- Otro miembro de la comunidad de Salem sometido a prejuicios extremos es Rebecca Nurse. Aunque es una modelo cristiana, ella es acusada de brujería. Con su encarcelamiento, hace que el reverendo Hale y los demás miren más de cerca la imparcialidad de las pruebas.
- REPUTACIÓN
- A lo largo de la obra, el reverendo Parris parece estar más preocupado por su reputación que por lo que ocurre en su parroquia. Se le acusa repetidamente de ser codicioso, pero no hace nada para refutar esta noción. Contém uma
- Por el contrario, la reputación de Proctor es de poca importancia para él en la obra. Una y otra vez, echa de lado los rumores y las mentiras de los demás. Al final, se mártira a sí mismo. Preferiría morir que contar otra mentira, haciéndolo el último carácter moral.
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