Uno de cada cinco estudiantes cada año es intimidado de alguna manera, forma o forma. El impacto de la intimidación en la víctima es inmenso, lo que generalmente lleva a un aumento de la ansiedad, la depresión y la pérdida de interés. Estos efectos suelen continuar en la adolescencia y en la edad adulta. Es imperativo hablar sobre esto con sus estudiantes, y estas actividades y escenarios ayudarán.