Agustín de Iturbide, un militar pero que había sido obligado retirarase en 1816 al ser acusado de corrupción.
Guerrero e Iturbide llegaron a un un un acuerdo y se entrevistaron en Acatempan para sellar el pacto de unión de insurgentes y realistas con el fin de consumar la independencia.
“La patria, señor, peligra, la situación en que nos hallamoses muy difícil: quizá, quizá, pasarán siglos, para quevolvamos a vernos en iguales circunstancias”
En cualquier caso, el hecho de que se continuara insistiendo en la necesidad de evitar seguir la constitución de 1812 y la legislación hispana es una buena muestra de que ambas continuaban siendo un referente importante en México y revela, a su vez, la fuerza del liberalismo gaditano en el país.
A lo largo de febrero y marzo se inició la desunión entre los imperiales y el abandono entre las filas iturbidistas de algunos de sus antiguos y fieles colaboradores. Las fuerzas militares comenzaron a polarizarse y los enfrentamientos entre los adictos al emperador y sus opositores reunidos en Puebla trascendieron los círculos jerárquicos del ejército para instalarse también entre la población.
La situación de indefinición que había dejado el monarca tras su abdicación fue, en parte, la responsable de las conspiraciones que se tramaron para conseguir su retorno a México.