Presta oídos atentos, Después de oírme, me prometerás venganza.
¿Por qué?
Soy el alma de tu padre.
Te escucho mi querido padre. 
Estos eternos misterios no son para los oídos humanos. Atiende, ¡ay!, atiende. Si amaste alguna vez a tu tierno padre…
¡Oh, Dios!
Venga su muerte, Un homicio atroz. 
¿Fue un homicidio?
Escúchame Ahora, Todos los oídos fueron engañados con esta invención. Pero tú debes saber hijo, que la serpiente que mordió a tu padre hoy ciñe su corona.