Por la mañana, ¡veo que soy afortunado! ¡Tengo abundancia! En mi dormitorio, hay un Nintendo 3DS real, con tres videojuegos y una patineta. ¡Qué excelente! Estoy muy emocionado. ¡Gracias, Ekeko! ¡Gracias, gracias! Le digo con entusiasmo.
En la cocina, mi madre tiene una expresión sospechosa. Paquito, ¿cómo puede ser que tienes una patineta? No yenemos dinero para comprar una patineta. Umm… es que… es la patineta de Pepe. Él es muy generoso. Él dice que yo puedo jugar con su patineta hoy. …Sí yo no miro a mi mamá.
Veinte minutos antes de la clase, entro en la escuela y veo a mi amigo Pepe. Hombre ¡mira! ¡El talismán me regaló una patineta y un Nintendo 3DS!
De repente, veo a Nicolás. Ey, criminal, ¿robaste ese Nintendo también? ¿Y una patineta? Silencio, Nicolás, mi defiende Pepe. Tú sólo tienes envidia. Eres un criminal muy serio. Vas a tener un trabajo en la mafia un día. Yo tengo que reportar tu crimen a las autoridades Proooooofeeee…
Mi profesor camina hacia Nicolás para investigar la conmoción. ¿Qué tal, chicos? Profe, Paco robó unos zapatos, un sistema de videojuegos y una patineta, me acusa Nicolás. Paco, ¿dónde encontraste esas cosas? me pregunta el profesor, ¿Las robaste? No, profe, son regalos, le digo yo rápidamente. Qué buena fortuna. ¿Regalos de quién? De umm… de mi… abuelo, le respondo lentamente.
Ahora yo sé que no es mi imaginación. Él tiene una expresión diferente. Es una expresión seria y de descontento. No me sonríe. Está bien, amigo. ¿Estas triste? Vamos a jugar. Yo pongo la estatua en la patineta y camino en círculos con él. Pero no sonríe. Hmmm… ¿quieres dormir? Vamos a dormir.