Antonio María Claret y María Antonia París, fundadores de nuestra Congregación de Misioneras Claretianas, vivieron en el siglo XIX. Siglo de inestabilidad política, de persecuciones a la iglesia,
Claret, un misionero de fuego, enamorado de Cristo, y que se ha dedicado totalmente a la predicación del Evangelio, por Cataluña y Canarias. Ella, Antonia París, novicia que vive en la clausura de un monasterio , entregada a la enseñanza de las niñas, mujer de una vida espiritual
Podemos decir con toda verdad que María Antonia fue una mujer de fe por un amor ardiente a Cristo Crucificado,a Dios Padre, y a la Iglesia. En su corazón había un solo deseo, consagrarse a Dios, ser religiosa, en una palabra, ser toda de El y para Él. En el corazón de María Antonia hay una disponibilidad incondicional
María Antonia París, un nacimiento marcado por el dolor (28 de Junio de 1813): Una familia de acomodados labriegos vive eTarragona, España. Francisco París y Teresa Riera ya tienen una hija de tres años y otra en camino. Francisco, el padre, muere el 19 de Mayo de 1813,un mes antes de nacer
María Antonia París experimentó el misterio de la Iglesia en la persona de Cristo “Todo lo vi en Cristo Crucificado” Cuando Jesús dice “mi iglesia” , ella vive esa identificación mística con la Iglesia que es Cuerpo y Esposa de Cristo.