Caminó sin parar durante todo el día el dios Quetzalcóatl disfrutando plenamente de todos los maravillosos paisajes que le daba la Tierra.
En una tarde de verano, el dios azteca Quetzalcóatl pensó que podía ser muy buena idea ir a dar un paseo.
Pero se olvidaba de que su aspecto, en forma de serpiente emplumada, podría atemorizar al mundo. De esta forma decidió que lo mejor sería bajar a pasear a la Tierra tomando un nuevo aspecto humano y común.
A el dios le dio hambre pero no tenia que comer así que mejor se aguanto
Levanto al conejo y su silueta coincidió con la de la luna y se quedo pensando
Decidio descansar ,mientras a lo lejos vio que se acerco un conejo
El conejo lo vio que parecía tener hambre y muy amablemente le ofreció de su comida
El dios se negó y le agradeció por su amabilidad
Cuando bajo al conejo decidió dejar su silueta para siempre para que todos los que vieran la luna vieran al conejo. Y esa fue su forma de premiarlo por su gran amabilidad