Pasteur, al tropezar con esta manera de proteger una pareja de miserables gallinas, se percató inmediatamente de la existencia de un nuevo procedimiento para inmunizar los seres vivos contra la acción de los gérmenes virulentos y de salvar a los hombres de la muerte.
Pasteur ya tenia 58 años cuando descubrió la vacuna contra la cólera de las ganillas .
Al fin después de tanto tiempo encontré la vacuna contra la cólera de las gallinas.
Pasteur les presento su vacuna a la academia de medicina diciendo:
La vacunación de las gallinas es un gran adelanto sobre el inmortal descubrimiento de la vacuna antivariólica de Jenner.
Pasteur siguió con sus experimentos y uno de los mas importantes ocurrió en la granja de Pouilly-le-Fort.
Los animales vacunados quedarán perfectamente protegidos, pero los no vacunados morirán seguramente a los dos días.
Voy a vacunar veinticuatro ovejas, una cabra y varias vacas. Otras tantas ovejas, una cabra y varias vacas quedarán sin vacunar, y después, en el momento preciso, voy a inyectar a todos estos animales los microbios de carbunco más virulentos de que dispongo.
El día 31 de mayo Roux, arrodillado en el suelo y rodeado de lamparillas de alcohol y matraces de virus, asombró a la multitud con su técnica tranquila e impecable, inyectando el venenoso caldo a más de 60 animales.
Pasteur pasó aquella noche dando vueltas en la cama, levantándose cincuenta veces, consciente de que toda su reputación científica reposaba en esta delicada prueba, dándose cuenta, al fin, de que había cometido la imprudencia y la valentía de consentir que un público frívolo fuese juez de su ciencia.