¿Apostaremos lo que yo quiera? Muy bien, quiero que apueste para mi la mano de su hija
Hija, el no puede ganar. El cree que si, es prácticamente imposible que lo adivine.
¡Papá, no seas absurdo!
Me apuesto lo que quiera, ¿Qué le parece mi casa?
Al concretar la apuesta, Pratt empezó a catar el vino de una forma extraña.
Un vinito interesante, cortés y gracioso.
¡Glup!
Desde luego, es un Medoc, es un vino gentil y curioso. Indudablemente este es un St. Julien. Hasta ahora voy bien, ahora falta el nombre de la viña.
¿Es ésa su respuesta?
Su hija le pidió que volteara la botella para ver el nombre, pero Mike se quedó inmóvil.
Este es el pequeño Cháteau Branaire-Duoru y del año 1934.
Sí, es mi respuesta
No te preocupes querida
Richard, creo que será mejor que vayamos a otra habitación.
Ahora sabía que había ganado, tenia toda la arrogancia del ganador y me di cuenta que se molestaría si encontraba algún impedimento.