El sacerdote habla con Edipo Rey para contarle sobre las que necesita tiene el pueblo, Edipo solicita la ayuda de Creonte su cuñado
Creonte le informa que la peste es el castigo de los dioses por el asesinato de Layo. Por lo tanto, hasta que el responsable no expíe sus culpas, la peste seguirá azotando a la ciudad.
El rey consulta al ciego Tiresias por consejo de Creonte. Tiresias le hace saber que él es el asesino de Layo, y que además vive en incesto con su madre, Yocasta.
Creonte y Edipo discuten acaloradamente, hasta que se hace presente Yocasta. Con el propósito de disipar las sospechas de Edipo,Yocasta le hace saber que Layo murió en manos de unos bandidos en el cruce de tres caminos.
Edipo recuerda que en su exilio mató a alguien en el cruce de tres caminos, pero lo hizo por sí mismo y no en grupo.
Un mensajero aparece para anunciar que Pólibo ha muerto y que este debe ir a tomar su cargo como sucesor.
Edipo descubre que no es hijo de sangre de Pólibo Ante la terrible verdad, Yocasta se suicida. Edipo, consternado, decide romper sus ojos con los broches del vestido de Yocasta, de modo que cuando muera no pueda mirar a sus padres a los ojos en el Hades.