Te pido perdón, te confieso que dije aquellas barbaridades por boca y mandamiento del demonio, para hacer daño y vengarme de la ofensa
Poco a poco el alguacil empezó a encontrarse mejor y volver en sí, y le pidió perdón al buldero, el cual lo perdonó y se restableció la antigua amistad entre ellos.
Corre, ayuda al alguacil que se está muriendo
No tengas en cuenta las cosas pasadas ni las falsas acusaciones, ya está pagando por ellas, socórrelo.
Mientras el alguacil estaba desmayado en el suelo, el buldero estaba meditando sobre la esencia de Dios, nada le había desconcentrado. Luego acudió gente a decirle que socorriera al pobre alguacil.
Señor ten piedadCristo ten piedadSeñor ten piedadCristo óyenosCristo escúchanos
Cordero de diosQue quitas el pecado del mundoTen piedad de nosotrosAmén amén
Bien, vamos todos a suplicarle a nuestro Señor que perdone a ese hombre y le devuelva la salud y su sano juicio
Cuando el buldero despertó, pidió a la gente y a los clérigos que se hincaran de rodillas delante del altar y suplicaran y cantaran letanías por el pecador.
Apenas acabó la oración el buldero, cuando el negro alguacil fue castigado y cayó desmayado al suelo, dándose un golpe muy fuerte.
El Señor le socorra y valga
Bien se lo merece, por levantar tan falso testimonio
La Resurrección de Cristo es perdón para los pecadores, gloria por la eternidad con él en los cielos
Dios, te pido que perdones a este pescador, para que se arrepienta y confiese sus pecados
El amo de Lázaro se acercó al alguacil y rezó una oración la cual hizo llorar a toda la gente. Suplicaba que perdonase al pecador y le diera salud y vida para que se arrepintiera de lo sucedido
El Señor le socorra y valga
Al día siguiente de la discusión, ambos acudieron a la Iglesia y allí también debatieron y cada uno habló para desmentir al otro y decir su propia verdad.