Hijo mío por tu mal carácter te daré esta bolsa de clavos, clava uno en la cerca cada vez que te enojes
Al dia Siguiente...
Hoy estuve muy enojado, me desquitare con esta cerca
Varios días despues
Muy bien, ahora por cada día que no te enojes, sacaras un clavo de ella
Hoy ya no clave clavos en la cerca papá
Había un niño que tenía muy mal carácter. Un día, su padre le dio una bolsa con clavos y le dijo que cada vez que perdiera la calma, clavase un clavo en la cerca del patio de la casa.
Climax
El primer día, el niño clavó 37 clavos. Al día siguiente, menos, y así el resto de los días. Él pequeño se iba dando cuenta que era más fácil controlar su genio y su mal carácter que tener que clavar los clavos en la cerca.
Moraleja
Tiene razón lo que me esta diciendo mi padre...
Has visto como quedo la cerca, bueno lo mismo pasa cuando haces algo enojado--
Finalmente llegó el día en que el niño no perdió la calma ni una sola vez y fue alegre a contárselo a su padre. ¡Había conseguido, finalmente, controlar su mal temperamento! Su padre, muy contento y satisfecho, le sugirió entonces que por cada día que controlase su carácter, sacase un clavo de la cerca.
Fin
Los días pasaron y cuando el niño terminó de sacar todos los clavos fue a decírselo a su padre.
Papá ya termine de sacar todos los clavos de la cerca
Muy bien hijo, ahora acompáñame al Jardín
Entonces el padre llevó a su hijo de la mano hasta la cerca y le dijo:– “Has trabajo duro para clavar y quitar los clavos de esta cerca, pero fíjate en todos los agujeros que quedaron. Jamás será la misma. Lo que quiero decir es que cuando dices o haces cosas con mal genio, enfado y mal carácter dejas una cicatriz, como estos agujeros en la cerca. Ya no importa que pidas perdón. La herida siempre estará allí. Y una herida física es igual que una herida verbal.
Las palabras de su padre, así como la experiencia vivida con los clavos, hicieron con que el niño reflexionase sobre las consecuencias de su carácter. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Muchas gracias papa por hacer que me diera cuenta de mi error