En una autentica ciudad, Vanessa Carolina Traslaviña Ríos, una joven de 20 años, se sumergía en su apasionante aventura académica. Desde temprana edad, su fascinación por enseñar a los niños la guio hacia la Licenciatura en Pedagogía Infantil, donde seguía la meta de aprobar 156 créditos para alcanzar su sueño de convertirse en una licenciada.
Vanessa, auténtica y comprometida, se destacaba por su dedicación y responsabilidad hacía su proceso formativo. Su deseo de contribuir al desarrollo de la sociedad, especialmente en los ámbitos educativo y social, la impulsaba a ser una estudiante comprometida y apasionada.
MI HISTORIA UNA INCLINACIÓN POR LA PEDAGOGÍA INFANTIL
Con determinación, Vanessa se propuso mejorar estas áreas, reconociendo que el liderazgo no solo reside en el aula, sino también en la capacidad de impactar positivamente en su comunidad y en contribuir al conocimiento mediante la investigación.
A medida que avanzaba en su programa, Vanessa se enfrentaba a desafíos y oportunidad desde crecimiento. Su prueba de liderazgo reveló la necesidad de fortalecer aspectos en el ámbito social comunitario y en la investigación.
Cada crédito aprobado no solo la acercaba a su título, sino que también la acercaba convertirse en una educadora que, con su autenticidad y pasión, dejaría una huella imborrable en el futuro de los niños y en la sociedad que aspiraba a mejorar.
A través de sus experiencias, Vanessa no solo estaba construyendo su propio camino educativo, sino también tejiendo historias de cambio en su comunidad.