Padre, he pecado contra Dios y ante ti. No merezco ser llamado hijo tuyo
Rápido! Traigan el ternero gordo y mátenlo; comamos y hagamos fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y lo hemos encontrado.
Hace años que te sirvo y jamás dejé de cumplir una orden tuya. Pero nunca me has dado un cabrito para tener una fiesta con mis amigos, y ahora que ha venido ese hijo tuyo has matado para él el ternero gordo.
Hijo, tu siempre estás conmigo. Todo lo mío es tuyo, pero convenía celebrar una fiesta y alegrarse, porque tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado.
Allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente.
Y cuando todo lo hubo malgastado, vino un gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle
Y deseaba llenar su vientre de algarrobas que comían los cerdos pero nadie le daba
Fue a pedir trabajo a un hombre del lugar, el cual le envío a su hacienda para que apacentase cerdos
Y volviendo en si, dijo: ¡Cuanto jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!
Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como uno de tus jornaleros