Inicié la colectivización forzosa de la agricultura que generó grandes tensiones en el campo, organicé las propiedades colectivas en dos tipos el koljós, una cooperativa gestionada por los campesinos y el sovjós una granja propiedad del Estado. Prioricé el desarrollo industrial basado en la industria pesada con el finde construir las infraestructuras necesarias. Lo que nos llevó a una rápida industralización que descuidó la producción de bienes de consumo y buena parte de las necesidades de la población quedaron desatendidas.
La Constitución de 1936 definía a la URSS como un Estado socialista de obreros y campesinos que se fundamentaba en la representatividad de los sóviets (asambleas obreras), tanto a nivel local como en los diversos Estados. En la cúspide se hallaba el Sóviet Supremo o Parlamento federal, que tenía dos cámaras (la de nacionalidades y la de la Unión).
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Formalmente la Constitución reconocía las diversas nacionalidades, el sufragio universal, la división de poderes y los derechos ciudadanos, en la realidad no era así: los derechos y libertades eran inexistentes y el control de todas las instituciones de Estado por nuestra parte era absoluto. Concentré en mi los principales órganos de poder, secretaría del PCUS y presidencia del Sóviet Supremo y ejercí un control sobre las nacionalidades en favor del poder central soviético. Convertí a la URSS en un Estado policial, practicábamos la violencia para ahogar la disidencia y mantener mi poder y la nomenklatura.