Claro que si ,el ser humano es un misterio, esto significa que es muchas cosas a la vez que lo hacen ser extraordinariamente edificante y al mismo tiempo algo todavía por definirse: fin en sí mismo, moral, histórico, comunitario, social, abierto a la trascendencia; se mueve, habla, ríe, pregunta y responde; simboliza, elige, vive en la realidad, construye su realidad, crea, imagina, se auto percibe, tiene vocación, ... pero, a pesar de que el hombre es inagotable, es un ser imposible de conocerse en todas su dimensiones.
Te queria hacer una pregunta.,, Sabes algo sobre la relacion yo-tu-nosotros
Por ello ha dicho Xavier Zubiri que el hombre es un animal de realidades.1Como animal es capaz de contemplar objetos, como hombre es un constructor de múltiples realidades materiales y simbólicas. Esto explica también que sea capaz de generar múltiples relaciones con la realidad y consigo mismo. Desde esta concepción, Carlos Díaz va a sostener que la persona es fundamentalmente un ser relacional
Ósea que todos somos diferentes en todos#160; nuestros aspectos. ya veo
Al ser de naturaleza relacional, el ser humano da lugar principal y genéricamente, a la relación fundante: yo-y-tú, tú-y-nosotros. Al destacar esta relación, se entiende que más que ser el hombre, él más su circunstancia,
La persona es realidad en sí; tal realidad en sí es relacional. Sería ocioso preguntarse si fue antes el individuo aislado o la pareja. Llego a ser yo en el tú; al decir yo, digo tú
Ahora entiendo , yo también#160;te quiero platicar algo#160; rápidamente
Te escucho Juan
Muchos de los tipos de relaciones que se dan entre las personas tienen como consecuencia comportamientos y actitudes positivas y negativas. Esto se debe a que, como hemos dicho, el hombre es por naturaleza un ser ambiguo, con tenencia hacia la realización del bien y del mal. Lo cual trae como consecuencia en unos casos el reforzamiento positivo de las relaciones, pero, también en otros la existencia del conflicto relacional.
Por eso en el ámbito de la ética el conflicto suele ser visto no como algo negativo, sino como lo que realmente es, un proceso natural y consustancial a la existencia humana.