Es cierto, pero... ¿te has detenido a pensar si lo que escribimos está bien escrito? No basta con solo poner palabras en un papel o pantalla, ¿realmente entendemos lo que queremos comunicar?
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¡Todo es escribir! Hoy en día parece que la única manera de comunicarse es a través de palabras escritas. Desde trabajos en la escuela hasta mensajes en el celular... ¡Estamos rodeados de texto!
Tienes razón. Muchas veces no pensamos en la importancia de escribir correctamente. Creemos que solo porque sabemos leer y escribir ya lo hacemos bien, pero eso no siempre es así.
Exactamente. Un mal uso de la escritura puede hacer que se malinterpreten los mensajes. Además, cada vez se valora menos la lengua materna. Los jóvenes, incluso los adultos, prefieren darle prioridad a la tecnología antes que mejorar su forma de expresarse.
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Es irónico. Mientras nos comunicamos más rápido y con más frecuencia, parece que nos estamos alejando de una buena comunicación. ¿De qué sirve enviar un mensaje si no se entiende correctamente?
Ahí está el dilema. No es solo escribir, sino cómo escribimos y qué queremos transmitir. Al final, escribir bien no es solo una formalidad, es un reflejo de respeto por nuestra lengua y por quienes nos leen.