Si, llego la señorita Collignon. Ella si nos quiere y comprende.
No les grite, por favor; solo son chicos y tiene ganas de jugar. Necesitan distraerse , el patio es chico y no tienen para correr.
Hoy escucharemos una pieza de un señor que se llamaba Mozart y que vivió en Austria hace muchos, muchos años.
La señorita Collignon encontró a la profesora que salía subiéndose por las paredes, gritando y amenazando a los niños
Los chicos la miraron con los ojos abiertos como platos. Era la primera maestra que, en lugar de retarlos, los defendía delante de otro profesor.
Cuando todo se calmo, empezaron a escuchar la sinfonía número 41 de Mozart, llamada Júpiter, empezó a sonar y se hizo silencio. Después la maestra empezó a explicar la manera en la que el artista componía la música.
Bye Mireia.
Cuídense chicos , nos vemos mañana.
Chau Alicia.
Al oír la música, las chicas se imaginaron que eran princesas que desfilaban por salones dorados de un lejano castillo, vestidas de seda.
Los chicos, que eran espadachines dispuestos a salvar a las indefensas damiselas de algún ogro malvado.
Después de la clase de música todos se fueron muy felices a sus casas.