Después de los Forradores estaban los Matriculadores. La procesión avanzaba; uno a uno, los óvulos pasaban de sus tubos de ensayo a unos recipientes más grandes; diestramente, el forro de peritoneo era cortado, la mórula se ponía en su lugar, se le agregaba la solución salina... y el frasco pasaba y les llegaba a los etiquetadores. Herencia, fecha de fecundación, grupo de Bokanovsky al que pertenecía; todos estos detalles iban del tubo de ensayo al frasco. Sin anonimato ya, con sus nombres, pasaban a través de un agujero en la pared hacia la Sala de Predestinación Social.
Dándonos el óptimo Porcentaje de Decantación en cualquier momento.
Las cuales son la base de todos nuestros cálculos. Tantos individuos de tal y tal calidad
Ochenta y ocho metros cúbicos de fichas
Permitiendo compensar rápidamente las pérdidas imprevistas.
Que se ponen al día todas las mañanas.
Y se coordinan todas las tardes.
Distribuidos en tales y cuales cantidades.
Que contienen toda la información de interés
Actualmente estoy trabajando en un maravilloso ovario Delta-Menos. Sólo tiene dieciocho meses de antigüedad. Ya ha producido doce mil setecientos hijos, decantados o en embrión. Y todavía sigue fuerte. Lograremos vencerlos
Sin embargo
Nos proponemos vencerlos, si podemos.
BZZZZ
Con mucho gusto
BZZZZ
Venga con nosotros y permita a estos muchachos gozar de los beneficios de sus conocimientos de experto.
¡Éste es el espíritu que me gusta!
bzzzz
Siguieron la visita en la Sala de Envasado Trozos de peritoneo de cerda, cortados ya a la medida adecuada, subían disparados en pequeños ascensores, procedentes del Almacén de órganos de los sótanos. Un zumbido, después un chasquido, y las puertas del ascensor se abrían de golpe; el Forrador de Envases sólo tenía que alargar la mano, coger el trozo, introducirlo en el frasco, presionarlo, y antes de que el envase debidamente forrado por el interior se hallara fuera de su alcance, transportado por la cinta sin fin, otro zumbido, otro chasquido, y otro trozo de peritoneo era disparado desde las profundidades, listo para ser deslizado en el interior de otro frasco, el siguiente de aquella lenta procesión que la cinta transportaba.