Un día, una zorra caminaba por un sendero. De pronto, se encontró con un racimo de uvas negras. Estaban maduras y la brisa esparcía su delicioso aroma por todo el lugar.
¡Esas uvas deben de estar riquísimas!
Deseosa de probarlas, saltó tan alto como pudo, pero no logró alcanzarlas. La zorra lo volvió a intentar, y, aunque esta vez saltó más alto, ni siquiera llegó a rozar el racimo.
Durante un largo rato, la zorra trató de atrapar las uvas por todos los medios.
Al final, comprendió que era imposible, no iba a conseguirlo, y se dijo:
En realidad esas uvas son pequeñas y aún están verdes, entonces ¿para qué voy a perder el tiempo tratando de alcanzarlas?
Cuando uno no consigue lo que desea, a menudo se dice "No me interesa"