Karol parecía lagrimear, le pedía que no se altere, pero Rubén a paso rápido salió de la universidad. En el camino iba llorando de dolor, de rabia, de impotencia.
¿Qué me falta a mí? ¿Acaso te maltraté?, ¿acaso te insulté y te dejé botada como seguro lo han hecho tus ex? Yo no te veo como amiga y para mí esto se acaba aquí, quiero que me dejes en paz, que no te acerques, que salgas de mi vida porque tú eres egoísta y todo este tiempo hice el papel de imbécil
Como consecuencia de tal estado emocional, Rubén ingresó a una fuerte crisis depresiva, no quería levantarse y estuvo a punto de ser inhabilitado de clases porque solía faltar. Semanas después, Karol informó a los profesores que se daba de baja porque había decidido tomarse un descanso. Al parecer, ya lo tenía planeado, pero antes destruyó conscientemente a Rubén, y al escuchar su declaración eligió huir de él.
Que mala suerte
Que mala suerte
Que mala suerte
Aceptó acudir al psiquiatra y medicarse, las crisis depresivas y de ansiedad fueron cediendo, pero sus diálogos internos eran aún destructivos y mucho más cuando descubrió por redes sociales que Karol había colocado fotos con otra persona. Con él jamás subió una foto, ni como amigos.
Hoy aún le cuesta mucho manejar su soledad, es algo pesimista, piensa que las mujeres buenas son escasas, que la mayoría están locas y son mentirosas; mientras que él sigue siendo el caballero de buenos valores y buen corazón que tiene miedo a no ser elegido.