Que mas mal me puede traer hablar mal de los dioses si no me va a atar porque eso sería una liberación.
Hermes, regresate, ya que de no sabrás nada de lo que intentas averiguar porque a mi los dioses no me dan miedo.
Ladrón del fuego, el padre quiere saber qué bodas son ésas de que tanto alardeas y por las cuales dices que caerá de su trono.
Si decides no hablar y mis palabras no te convencen entonces te caerá una despiadada tempestad.
Así pues, que lance contra mí el rizo de fuego de doble filo, que el éter sea agitado por el trueno y la furia de vientos salvajes, ya que sin embargo, él nunca me hará morir.
El aguila sangrienta se comera el negro manjar de tu hígado el cual saldra otra vwz para que se lo vuelva a comer, dia tras dia.
Tal es el ímpetu de Zeus que, intentando asustarme, avanza claramente contra mí. ¡Oh majestad de mi madre, oh Éter que haces girar la luz común a todos! ¡Ya veis de qué manera tan injusta!
Entra Hermes.
Hermes sale y el Huracán comienza.
Las rocas, con Prometeo y las Oceánides, se sumergen entre rayos y truenos.