A la mañana siguiente ,cuando el lobo despierta y se dio cuenta del hueco en el techo de su habitación y de la desaparición de sus tres jamones, grito:
¡que gran perdida!-se levanto ella. ¿Quien pudo cometer semejante fechoría?
Esa misma tarde el zorro volvió a casa del lobo. Agradeció a la loba el eficaz remedio que le había dado para las ampolla ,que están empezando a desaparecer, y se dio cuenta, como lo avía previsto, de que el lobo estaba triste.
¿Qué te pasa querido amigo? pareces irritado-le pregunto el zorro
Tengo razones para estarlo ,zorro, pues me robaron mis jamones
Hace bien en decir que te robaron, cómo te aconseje el otro día .así ,ni parientes ni amigos volverán a pedirte que se los dejes probar. Dice el zorro
No te engañes ,zorro, es cierto que me los han robado. Te estoy disiento la verdad-dice el lobo
Mas vale escuchar esto que hacerse el sordo-aseguro el zorro. Tienes razón en esconderlos.
¿Por qué te niegas a creerme, zorro? -Dice el lobo
¡no desistirás ,querido amigo!
¡zorro!-intervino la loba ¿te has vuelto loca? Si no nos hubiese robado los jamones no estaríamos sosteniendo lo contrario.
Yo se que eres astuto – dijo retorcidamente zorro ,pero veo el tejado abierto. Acaso lo abrieron para llevarse los jamones?