Camila está entrando a una avión, preparada para hacer paracaidísmo.
Al ingresar, se da cuenta que hay 3 personas más que la van a acompañar a realizar la actividad. Un chico de 30 años, una señora de 40 años y un joven musculoso de 20 años.
El primer chico expresa que siente mucho miedo de morir durante la actividad. Se encuentra muy nervioso e inquieto, mordiéndose las uñas.
¡Me muero de miedo! Se han puesto a pensar en lo que pasaría si se cae el avión
La señora también se encuentra muy preocupada; pero no por ella, si no por u familia. No ha parado de rezar desde que ingresó al avión y tiene miedo de dejar a sus hijos desamparádos debido a que son muy pequeños.
¡Dios nos coja confesados! Tengo dos hijos pequeños y yo soy su único sustento, si me pasa algo ellos quedarían desamparados.
El joven musculoso, está preocupado por romperse alguna extremidad; debido a que es entrenador de gimnasio y trabaja y vive por su cuerpo. Sin embargo, lo que más le intriga es ver a Camila tan tranquila.
Ah y eso no es lo peor. Hay gente que sobrevive pero con secuelas y yo trabajo con mi cuerpo y si me lesiono me quedo sin trabajo.
Camila, ¿y tú no tienes miedo?
Camila, de manera muy tranquila, les dice que no va a dejar de vivir su vida por tenerle miedo a algo. Además, sabe que está protegida gracias a su seguro Pacífico.
No. La vida es un riesgo pero con mi seguro de vida Pacífico todos los riesgos están cubiertos. Y ni yo ni mi familia estamos desamparados pase lo que pase.