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  • SPLASH
  • Parece un río subterráneo.
  • Escucharon un fuerte ruido de agua; primero parecía un arroyo cercano; después una cascada, y finalmente era un estruendo como de olas que retumbaban.
  • ¿A cantar?
  • ¿Qué es eso?
  • Si, ¿qué es?
  • ¿Chalch?
  • Es Chalch, que le gusta ponerse a cantar.
  • Si, tiene muy buena voz.
  • No no, madre nuestra,todo eso se acabó hace mucho tiempo...
  • Tras discutir por tanto tiempo sobre si serían sacrificados los niños o no, se escuchó una voz y dicha voz era de Tezcatlipoca pero con el detalle de que solo se escuchaba su voz y el no se podía ver.
  • Todo iba bien hasta que vieron acercarse lo que les pareció la aparición más horripilante del mundo. Era una mujer inmensa, espantosa. Haciendo que Tona de inmediato los escondiera.
  • Gloriosa señora, gran madre Coatlicue, ¿a dónde vas tan deprisa?
  • A mí no me engañas, algunos de los de afuera se metieron aquí, dámelos ahora mismo para entretenerme con ellos y después sacrificarlos a mi hijo.
  • Si.
  • Pero... ¿usted quién es?
  • Tras estar corriendo durante mucho tiempo pararon encontrandose con un gran patio de esplendores maravillosos. Los enormes bloques de piedra se hallaban cubiertos por intrincados diseños de serpientes estilizadas; había plantas y flores con colores animados.
  • Vengan conmigo.
  • Yo soy Xiutecutli. No tengan miedo. La señora Tonatzin me pidió que los recogiera tan pronto como entraran aquí.
  • La ruta ha sido abierta y, no solo ellos cualquiera puede seguirla y llegar a nosotros.¿Qué hemos de hacer en este caso? Ese es el motivo de la reunión.
  • Trataron de escapar pero fue inútil pues Tláloc y Xipe Tótec lograron alcanzarlos haciendo que fueran raptados por ellos llevandolos con Huitzi para ser sacrificados ante él.
  • Hay que sacrificarlos, eso ni se pregunta.
  • ¿Por qué no? Esa es la tradición.
  • ¡No, no!
  • Pero ya no lo es.
  • Escuchen, es fácil saber qué hacer con estos muchachitos. Si son de confiar, los dejamos ir e incluso pueden sernos útiles. Si van a causarnos problemas, nos deshacemos de ellos.
  • Sondeándolos, por supuesto.
  • Muy bien señor, pero, ¿cómo sabremos si son de confiar?
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