En un pueblito no muy lejano, vivía una mamá cerdita junto con sus tres cerditos. Todos eran muy felices hasta que un día la mamá cerdita les dijo:
Hijitos, ustedes ya han crecido, es tiempo de que sean cerditos adultos y vivan por sí mismos. Mama cerdita se despidio.
El cerdito menor, que era muy, pero muy perezoso, no prestó atención a las palabras de mamá cerdita y decidió construir una casita de paja para terminar temprano y acostarse a descansar.
¡Ahhhh pero que sueño tengo!
El cerdito del medio, que era medio perezoso, medio prestó atención a las palabras de mamá cerdita y construyó una casita de palos. La casita le quedó chueca porque como era medio perezoso no quiso leer las instrucciones para construirla
¡Ahh tengo poquito sueño!
La cerdita mayor, que era la más aplicada de todos, prestó mucha atención a las palabras de mamá cerdita y quiso construir una casita de ladrillos. La construcción de su casita le tomaría mucho más tiempo. Pero esto no le importó; su nuevo hogar la albergaría del frío y también del temible lobo feroz...
¡Me quedo perfecta!
Y hablando del temible lobo feroz, este se encontraba merodeando por el bosque
¡Tengo mucha hambre!
Cuando vio al cerdito menor durmiendo tranquilamente a través de su ventana. Al lobo le entró un enorme apetito y pensó que el cerdito sería un muy delicioso bocadillo.