No sabia que pensar no quería echarme para atrás, porque se burlarían de mi, pero tampoco lo quería matar pues tenia las manos y pies amarrados, muy diferente a echar bala en el monte.
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¡Así fue como deje de ser niño!
No pude verlo a la cara pues no podía dejar de pensar en que por mas mierda de persona que sea tiene hermanos, una familia y una mamá que lo va amar.
Después de varios combates, llegue al campamento. Donde vi que un señor había matado a su vecino porque le debía plata.
Se va hacer matar por esa plata.
No no, deme tiempo.
A veces los dejan libre o los hacen pagar una multa. Pero esta vez le dijeron: Vea usted mato, aquí es una zona paramilitar donde usted sabe que hay reglas para civiles y soldados.
Al poco tiempo de haber llegado aparecieron tres comandantes y decidieron el futuro del señor.
Como procedemos.
Lo siento, por favor no lo hagan.
Pena de muerte, usted sabe como son las reglas en esta zona.
¡¡Que lo haga el sardino!!
¿Están seguros?
Sí sí, totalmente. ¿Ole da miedo sardino?
Hágale sardino que después del primero vienen muchos.
Jajajaja vealo esta cagadito del susto.
Mis compañeros solo se burlaban de mí, yo trataba de no llorar trataba de ser fuerte. Nunca había matado de tal manera.