A principios del siglo XX existió una mujer de nombre Isabel Manríquez, quien vivió en la antigua "Calle del Aguacate" junto con su esposo y sus dos hijos.
¡ Hijos! ya llegué del hospital
¡Mamá!
¡Bienvenida a casa!
Puedes quedarte en casa, mientras te recuperas, estoy segura que mi madre no tendrá invonveniente.
Se dice que desde pequeña ayudaba a los desvalidos, llevándolos a su casa para procurarlos hasta que el azar los llevaba a otros puertos.
Compraré las medicinas de mi madre...
Hoy cerraron muy temprano...
Su trabajo como enfermera lo realizaba en el Hospital Municipal que en este tiempo se encontraba en el Convento "El Carmen " de tal modo que todos los días atravesaba el Parque Juárez, de su casa a la iglesia, de la iglesia al hospital y del hospital a su casa, siempre con un buen reloj suizo, libre de contra tiempos .
Solo espero que ya hayan tríado las medicinas faltantes...
Por su gran carisma y su aspecto tan pulcro era conocida en Tehuacán como "La Planchada", siempre vestida de blanco, bien arreglada y con un caminar preciso.
¡Me duele mucho, Doctora!
En un momento le daremos su medicamento.
Cierto día, un hombre enfermo fue a buscarla al Hospital...
TOC, TOC
Convento "El Carmen"
¡Buen día!
Busco a la enfermera Isabel, soy su hermano Artemio.
Buenos días ¿En qué podemos ayudarle?
¡Muchas gracias!
Si, ¡Claro! tome usted asiento en un momento regreso.
Toc, toc
Si, gracias.
¡Pasa!
Suba por favor a la báscula, con mucho cuidado.
Vino a buscarte Artemio, tu hermano.
¡Que sorpresa tan agradable!
Tras cerrar la puerta del Hospital y siguiendo el mismo recorrido de siempre del Hospital a la Iglesia...
¡Hermano! ¡Que sorpresa tan agradable!
¡Querida hermana!
Pasaron la iglesia, el parque hasta que finalmente llegaron a casa. Durante el trayecto Artemio, le platico a su hermana su grave problema y el motivo de su visita.
Dime querido hermano ¿Cómo has estado?
Me gustaría decirte que muy bien, sin embargo, no es así.
Hermano, dame unos minutos, casi termino. Iremos a la casa a comer y platicamos. ¿Te parece?
¡Gracias querida hermana!
Minutos más tarde...
Los días transcurían y Artemio, empeoraba cada día más, a pesar de los cuidados de su querida hermana.
Disfruta tu tarde Isabel, mañana nos veremos.
He terminado. Iré a casa con mi hermano, la familia se pondrá feliz de verlo.
Querido hermano, ha pasado tanto tiempo sin visitarnos, en casa estarán muy contentos de que estes con nosotros unos días.
Gracias hermanita. De hecho pensaba quedarme un temporada, ¡Claro! si tu esposo no tiene algún inconveniente.
Me da mucha tristezasaber que estas enfermo. No te preocupes, pronto estaras bien, me encargaré de cuidarte.
Solo te pido que por favor me ayudes.
Hermano, te cuidare, estaras bien
Nosotros te cuidaremos
Gracias, sabía que podría contar con sus cuidados y su apoyo
¡Pasa hermana!
Debo ser fuerte...ya no soporto más este dolor...no diré nada para no preocuparla.
Artemio, es hora de tomar tus medicinas.
Toc, toc
Y desde su trágica y triste muerte, quienes trabajan en el hospital aseguran ver a Isabel deasmbulando por los pasillos, con ese porte elegante y su traje de enfermera Planchado, algunos pacientes afirman que es ella quien los ha sanado y otros más salen temerosos al ver penando a La Planchada.
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