Por fin llegaron hasta Monopodio, estaban en una casa no muy buena sino de mala apariencia.
Aquí esta la bolsa de oro y dinero del Sacristán.
Has conseguido engañarlo e incriminar a otro muchacho
Otro día más en Sevilla en la plaza de San Salvado,Cortado y Rincón organizaron una estafa.
Estos dos muchachos son ladrones.Tienen prohibido robar en Sevilla sin avisar a Monopodio
Entonces los dos muchacho le comentaron sus peticiones al señor Monipodio
Un mozo se dio cuenta de lo que estaba pasando así que se acercó a ellos.
Él es el maestro y el amparo, les aconsejo darle obediencia y no hurtar sin su señal.
Pensamos que el hurtar era oficio libre, horro y alcabala.
Son ustedes ladrones.¿cómo no han ido a la aduana del señor Monopodio?
Sí,soy un ladrón para servir a Dios y a las buenas gentes
Entonces Cortado y Rincón se dirigieron con aquel mozo hasta el lugar de Monopodio.
A continuación, Monipodio decidió darles un oficio.
¿Eres tú un ladrón?
Sin duda Monopodio y sus ahijados deben debe ser buenos ya que Monopodio hace que los ladrones sirvan a Dios.
Estos son dos buenos mancebos, mi señor Monipodio.Y verá como son dignos de entrar en nuestra congregación.
Eso haré yo de muy buena gana.
Venimos ante vuestra merced para formar parte de vuestra congregación y estar bajo vuestra protección.
Pues de aquí en adelante, quiero y es mi voluntad que vos Rincón, os llameis Rinconcete y vos Cortado, Cortadillo que son nombres que asientan a vuestra edad.
Finalmente, se les concedió y permitió gozar de las inmunidades de la cofradía de Monopodio, porque su presencia agradable y su buena plática lo merecía todo.
Sé la treta que dicen mete dos y saca cinco, y sé dar tiento a una faldiquera con mucha puntualidad y destreza.
Sé un poquito de floreo de Vilhan, entiéndeseme el retén, tengo buena vista para humillo y juego bien de la sola, de las cuatro y de las ocho.
Querría saber hijos, lo que sabéis, para daros el oficio y ejercicio conforme a vuestra inclinación y habilidad.