El padre Almeida es un personaje de las leyendas ecuatorianas del cual se dice que le gustaba salir por las noches sin ser visto para poder tomar un trago de aguardiente en el Centro Histórico de Quito.
El padre Ameida
Una noche que planeaba salir a “saciar su sed” se posó encima del brazo y cuando estaba a punto de irse, alcanzó a escuchar una voz que le decía:
El sacerdote creyó que la voz había sido producto de su imaginación y sin más le contestó:
¿Hasta cuándo padre Almeida?
Hasta la vuelta mi señor.
Luego de decir eso, se dirigió a la cantina clandestina en donde bebía y no salió de ahí hasta que estaba completamente borracho.
El cura iba dando tumbos por la calle, hasta que chocó de lleno con unos hombres que llevaban un féretro en camino hacia el cementerio. El féretro cayó a media calle, ocasionando que la tapa se rompiera.
El padre Almeida no podía creer lo que veían sus ojos, el hombre que estaba dentro del ataúd era él mismo.Sobra decir que de inmediato recobró la sobriedad
El padre Almeida no podía creer lo que veían sus ojos, el hombre que estaba dentro del ataúd era él mismo.Sobra decir que de inmediato recobró la sobriedad